Inquebrantable
Su lucha trascendería los cronómetros o el impulso para dar las marcas requeridas en el campo de atletismo
TIJUANA, BC, 03 de diciembre de 2019.- Hay historias que te sobre cogen desde el primer momento que te las cuentan, incluso te cuesta trabajo creerla aunque lo veas con tus propios ojos, como la atleta discapacitada Michelle Cornejo Vázquez.
La atleta tijuanense que a los trece años de edad el destino le jugó una mala pasada, le privó de seguir su carrera deportiva que se encontraba en pleno crecimiento, pero irónicamente le dio nuevas alas.
Era una integrante más del equipo de atletismo de Baja California con unos deseos enormes de transcender más allá de unas eliminatorias municipales, estatales y regionales para llegar a la Olimpiada Nacional.
Pero su lucha trascendería los cronómetros o el impulso para dar las marcas requeridas en el campo de atletismo, aprendería de una manera directa el espíritu más literal en unos juegos: competir sin importar las medallas.
Todos damos por sentado que correr, saltar, moverse, incluso hablar lo podremos hacer siempre, nos arriesgamos y prometemos que al día siguiente regresaremos para hacer nuestro mejor esfuerzo, pero si no es así, si ya agotaste tu última oportunidad, entonces guardarás aquel momento por siempre.
La experta en lanzamiento de disco tuvo esa mañana del 26 de febrero de 2008, un accidente terrible, ella lo ignoraba, pero su visita al regional en Sinaloa, le preparaba una sorpresa desagradable, la marcaría para siempre.
Tras su participación, Michelle Cornejo se retiró a descansar un poco a esperar a que el resto de sus compañeros hicieran lo mismo.
Ya saben, se sentó en el pasto, se puso los audífonos para escuchar la música de su grupo favorito, muy cerca de ella uno de sus compañeros realizaba su rutina de calentamiento con una bala deportiva de 4 kilos, en una de esas la esférica resbaló de su mano y accidentalmente golpeó la cabeza de su compañera.
El resto ya se lo imaginan, Michelle fue trasladada al hospital, el impacto fue en el parietal izquierdo de la cabeza, su estado de salud era grave por lo que los doctores le indujeron un coma, y así pasó 25 largos días en terapia intensiva, manteniendo a familiares y amigos en una constante zozobra.
El diagnóstico era serio, con un traumatismo craneoencefálico, con pérdida de conciencia y convulsiones, agravado con un edema cerebral, el pronóstico era reservado, según los doctores que la trataron en ese momento.
Jaquelín Vázquez y Víctor Cornejo, mamá y papá de Michelle, de inmediato se trasladaron al hospital para estar con su hija, ahí comenzaría también para ellos una carrera contra el tiempo, de desvelos, de resistencia física y fortaleza espiritual, pero en ningún momento perdieron la fe en que Michelle estaría de regreso con ellos.