Consulta

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El próximo domingo 1 de agosto se llevará a cabo en México un interesante, cuanto inútil, ejercicio de participación democrática.  Supuestamente se está convocando a los ciudadanos para emitir su opinión sobre el enjuiciamiento a los expresidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña.  Es decir, le preguntarán a Usted si le parece bien que se aplique la Ley.  

Para esta consulta, la Suprema Corte de Justicia aprobó una sola pregunta:  "¿Estás de acuerdo en que se lleven a cabo acciones con apego al marco legal para esclarecer las decisiones políticas tomadas en el pasado por los actores políticos y garantizar la justicia y derechos de las posibles víctimas?” y se requerirá de un simple sí o no como respuesta.  La pregunta es ambigua y no menciona de manera expresa a los expresidentes ni los posibles delitos por los que serían juzgados.

Contradicciones aparte, desde el pasado 15 de julio el Instituto Nacional Electoral comenzó a difundir información sobre la consulta.  Las respuestas de la gente se recibirán en 57 mil mesas en todo el país. Para que esta peculiar consulta sea vinculante, o sea, para que de su resultado deriven acciones concretas, se requiere de una participación de unos 37 millones de mexicanos, equivalente al 40 por ciento del listado nominal de electores.  No pretendo ser ave de mal agüero, pero francamente eso no va a ocurrir.  Este referéndum no pasará de ser un distractor más, de los muchos que surgen día con día y difícilmente dará pie a un proceso judicial.

Si realmente el gobierno del señor López Obrador tiene los elementos para someter a juicio a los expresidentes, que los presente y ya.  ¿Cuál es el propósito de gastar 500 millones de pesos en un esfuerzo que no tiene razón ni futuro?  

Será interesante seguir la conferencia mañanera del lunes 2 de agosto, en la que el presidente seguramente reconocerá el ejercicio democrático y muy probablemente justifique la insuficiente participación, responsabilizando a sus adversarios y los medios de comunicación.  Personalmente y desde mi trinchera periodística, trataré de darle a la consulta la difusión que sea posible, aunque me parezca una perdida de tiempo, dinero y esfuerzo.  

Las consultas podrían ser un extraordinario medio para conocer la opinión ciudadana sobre algún tema en específico, en un momento dado, pero así como están planteadas son un total despropósito.  

No olvidemos que la siguiente escenificación teatral tendrá lugar en marzo de 2022, cuando se lleve a cabo otra consulta, la de revocación de mandato.  De eso hablaremos más adelante.  Mientras tanto, trate de ser feliz.



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