Los dictadores

Los dictadores

POLICROMO

Cada vez que cae un dictador salen a relucir los excesos de dichos personajes, que normalmente llegan al poder con el cuento de liberar a sus pueblos, o bien con el supuesto objeto prodigarles con mejores condiciones de vida a los más desposeídos, y el pueblo que vive de esperanza cree en ellos, pero entre más tiempo duran en el cargo más abusan.

       Una de las características de los dictadores es su grandilocuencia en sus discursos, su gran capacidad de demagogia, su “pericia” en la estrategia militar y su proclividad para involucrar al ejército en todas las áreas del gobierno, y su gran capacidad de envolver a sus pueblos con vanas promesas que casi nunca se cumplen y con sus programas pseudo-sociales que destrozan las finanzas de los países, causando graves estragos en las naciones.

       Otro dato importante es que cuando son derrocados o derrotados en las urnas, se dan a conocer las grandes fortunas que acumularon a lo largo de sus dictaduras conjuntamente con sus compinches, con la complacencia de aquellos países que reciben sus escandalosas e ilegales fortunas, que se cuentan por cientos o miles de millones de dólares o euros, pero que mientras esos dictadores puedan seguir explotando a sus pueblos, los países receptores de dinero o inversiones se convierten en verdaderos cómplices de sus tropelías y sus excesos.

       Ya cuando son derrocados o a punto de serlo, entonces sí, les congelan sus cuentas, y queda en el aire la pregunta: ¿y por qué no lo hicieron antes?

       La revolución en el mundo árabe fue una muestra de que en el mundo árabe se han estado cometiendo atrocidades a la luz del autoritarismo, el totalitarismo o la tiranía, en contra de los ciudadanos árabes, quienes hartos de los excesos, de las injusticias y de los atracos de sus gobernantes dictadores, alzan la voz y en su caso las armas, y se aprestan a exigir mejores condiciones de vida y lograr un gobierno democrático, y ojala que lo logren, pero que la democracia nos solo sea electorera –como en nuestro país- sino que esa democracia les prodigue mejores condiciones de vida, menos desigualdad, y mayor progreso para todas las familias mediante la mejor distribución de las riquezas de cada país.

       Es satisfactorio ver que finalmente los pueblos reprimidos de alguna u otra manera por dictadores o democracias simuladas, despiertan y se dan a la tarea de manera heroica de luchar por cualquier medio para llegar a ese estado de bienestar que se merece todo ser humano, pero que muchos perversos se niegan a que lo obtenga, mediante la explotación para sí mismos o para sus familias o grupos pisoteando para tal efecto los derechos de los demás y pasándose por el arco del triunfo las necesidades y los derechos del pueblo.

       El mundo está lleno de simulación y “sinvergüenzadas” que a diario cometen los políticos y los gobernantes en perjuicio de sus pueblos, sin importarles en lo más mínimo, las necesidades de sus congéneres, dejando de lado el peligro que constituyen los excesos, la simulación, la falta de justicia social o bien común, y la infelicidad del pueblo.

       El mundo latinoamericano, necesita despertar de su marasmo. Los gobernantes necesitan ponerse a trabajar pensando verdaderamente en el pueblo, pues la región latinoamericana es la más desigual de todo el mundo, y no parece ser que se tengan estrategias de solución a la problemática, pues solo se perciben destellos y “buenas” intenciones de cambio, pero todos quedan en “llamaradas de petate”, pues sucumben sin remedio a los sistemas burocráticos y de gobierno ya establecidos por décadas, plagados de demagogia, populismo y simulación. Y también son subyugados por el ejercicio del poder y los negocios que luego hacen al amparo de sus cargos, a los que llegaron encabezando grandes esperanzas de millones de sus compatriotas quienes les otorgaron sus confianzas y que después de ejercicios de gobiernos desastrosos, insensibles y fracasados, dan al traste con esas esperanzas y anhelos de quienes después de apoyarlos, son totalmente traicionados.

       Es de capital importancia que se tome en cuenta el sufrimiento de los pueblos vejados, explotados, olvidados, sojuzgados, engañados, torturados, lesionados, hambreados, y en general atrasados, porque cuando las aguas se desbordan, nada ni nadie las retiene. Por eso es en verdad importante que los vientos del cambio verdadero soplen para beneficio de todos y no solo de algunos cuantos, y que tampoco vengan falsos líderes con el manto del populismo y el engaño, dizque redentores del pueblo, porque luego vienen las reacciones en cadena y no necesariamente son pacíficas sino violentas y la violencia no es buena para nadie. No a los anti demócratas, a los anti libertarios, a los dictadores ni a los simuladores. Muchas gracias.



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