Respeto

Respeto

Saber lo que vale uno mismo como ser humano y conocer también el valor de las demás personas, significa respetarse y respetar a los demás.

Todos los seres humanos nacemos con una dignidad inherente por el solo hecho de pertenecer a la raza humana, de tal suerte que, por esa sola circunstancia, es decir, --el hecho de haber nacido-, nos merecemos el respeto de todos, independientemente de nuestras circunstancias.

Las reformas a la Constitución mexicana del año dos mil once, acogen en su seno el principio “Pro homine, o pro persona” (en favor de la persona humana), es decir se circunscriben y van dirigidas a la protección más amplia del ser humano y sus derechos fundamentales inherentes, entendiendo que las instituciones se fundan y deben funcionar para beneficio de la persona humana, respetando en todo momento su condición, a fin de que tenga ésta todo lo necesario para desarrollarse satisfactoriamente dentro de una comunidad.

El respeto como valor o principio moral y como derecho humano, es sin duda un activo de fundamental importancia entre las naciones y las comunidades humanas, porque en función de que se aplique y se le dé la fuerza necesaria para que el ser humano progrese, las condiciones sociales mejorarán.

El respeto a la dignidad de las personas es propio de regímenes verdaderamente democráticos, no solo en el discurso o en algunas de sus acciones, sino en la totalidad de sus hechos y en su actuar permanente.  Por el contrario, la falta de respeto a los seres humanos es propia de regímenes autoritarios, totalitarios o seudo- democráticos, pues convierten a los seres humanos -no acogidos en el seno de los grupos del poder de un determinado sistema- en objetos o “animales de carga”, pues los empoderados los desprecian y los consideran de menor nivel al humano, reduciéndolos inclusive a la categoría de “bestias”. Al menos así lo dan a entender con sus acciones.

Ese proceso de insensibilización en aras de alcanzar ciertos objetivos de desarrollo económico, riqueza personal desmedida, seguridad pública u otros fines, colisiona de frente con el respeto a los seres humanos, pues como dijimos, con la dignidad humana se nace y esta no se pierde sino hasta la muerte, inclusive, puede trascender en algunos casos, a la tumba misma. O sea que la retórica embustera del ente de gobierno que afirma que respeta e incluso protege los derechos humanos, cuando en los hechos a diario veja, roba, golpea, tortura, desprecia, ofende y falta al respeto a sus conciudadanos a través de sus acciones gubernamentales de cualquier índole, miente y sus afirmaciones son precisamente eso, mera palabrería hueca que pretende justificar lo injustificable, y por lo mismo, se convierte en una desprestigiada clase política que no merece gobernar a su pueblo.

Por otra parte, aquel individuo miembro de una familia o de una comunidad que no respeta a sus familiares, a sus padres, a sus hermanas o hermanos, al prójimo, o las instituciones que sean verdaderamente respetables, carece de ese valor universal, ético y moral como lo es el respeto, y se sitúa en el camino a que su derecho al respeto, también resulte violado. 

No debe ser excusa que se hayan violentado los derechos humanos de una persona que no respeta el orden para violarle sus derechos, aunque siempre es mejor respetar a los demás para no solamente estar legitimado como ser humano a recibir el respeto, sino que, como ciudadano de bien, también haya una legitimación moral y social.

El respeto es una base principal para que se presente una sana convivencia dentro de un conglomerado social o en el seno familiar, pues es un presupuesto incondicional para que las relaciones humanas sean pacíficas y de buena calidad. El respeto debe inculcarse a los niños en el seno familiar, en las escuelas y en la sociedad, a fin de hacer este valor humano de tan grande importancia, una constante en el comportamiento de las personas, lo que redundará en una mejora sustancial de nuestra sociedad.

Es cierto, el respeto es un derecho, aunque es indudable que hay que respetar para ser respetado, y respetable. Respétese y respete todo y a todos. Se evitará conflictos, tendrá una mejor vida y la felicidad se acercará a usted.



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