Sólo unas palabras
El siguiente texto, de la autora Manuela Zárate, seudónimo de la
escritora venezolana Clara Machado, expresa espléndidamente,
sentimientos y emociones con los cuales creo, todos podemos
identificarnos. La poesía de sus palabras me ha gustado tanto que, he
decidido reproducirla en esta entrega, esperando que su lectura sea de
su agrado y, la disfrute tanto como lo he hecho yo.
“Uno debería saber que los fantasmas existen, en tu cabeza, y en
la cabeza de los que no te entienden, o de los que dicen que estás loco.
Uno debería saber lo que es tener una pasión.
Una pasión más grande que cualquier amor que hayas sentido.
Saber mirar dentro de sí y estar dispuesto a enfrentar que, tal vez
no todo te encante.
Uno debería saber lo que es un comienzo. Arrancar con una idea.
Un sueño. Y saber reconocer cuando las cosas no salieron bien.
Saber que, humildad significa saber perder. Y que, perder no es
tan malo como la gente piensa. Que se puede administrar la derrota, y
buscar el triunfo a través del fracaso.
Uno debería saber abrazar de distintas formas. Uno debería
conocer diez mil y más tipos de besos.
Uno debería saber que las mejores noches dan paso a las
mañanas más duras. Que a veces hace falta la fuerza de un imperio
para pararse de la cama.
Uno debería saber que las batallas no siempre se pelean, a veces
también se abandonan.
Que uno no tiene nueve vidas, como los felinos, pero tiene más de
una muerte.
Uno debería saber que el chocolate cura, que a veces el cigarro da
vida, y que otras, el alcohol fortalece y que algunas medicinas matan.
Que a veces nos aferramos a muchos remedios cuando, en realidad no
estamos tan enfermos.
Que esas fotografías mentales que uno guarda son más valiosas
que el oro puro.
Uno debe saber que el mal existe, pero no importa. Porque el bien
existe y que eso es lo único que importa.
Uno debe saber que es necesario estar solo. A veces. Saber estar
solo. Que estar solo es algo que se aprende. Bailar solo. Ir al cine solo.
Comer solo. Ver televisión solo. Dormir solo. Pensar solo. Hablar solo.
Encerrarse en un mundo que es inalcanzable para el resto de la
humanidad. Inventar un universo. Caminarlo cuando uno siente que el
mundo le queda pequeño y que nadie, nadie, sabe lo que es probarse
tus zapatos.
Que no siempre es bueno andar por la vida sin filtros y que te
muestres tal cual eres.
Uno debería saber el poder que tiene una palabra. Que las
amistades más importantes nacen cuando crees que ya tienes a todos
los que necesitas. Que hay amistades que no las debilita nada.
Uno tiene que saber que, a lo mejor, toda una vida de amistad
acaba cuando te das cuenta que ese amigo que creías tener era más
producto de tu imaginación que de la realidad. Que a veces la realidad
es desengaño.
Uno tiene que saber que el amor duele, que la lealtad es algo duro
de mantener, que es fácil ser sincero hasta que la única forma de
sobrevivir es decir una mentira. Uno tiene que saber que paga más ser
honesto.
Uno tiene que saber que todo tiene un costo. Que todo en la vida
es un compromiso. Que siempre va haber alguien que te pida algo a
cambio.
Uno tiene que saber que recorrer un camino trazado por uno
mismo implica quebrar muchas lanzas, rupturas, adioses,
desencuentros, momentos de duda, de soledad, y una lucha constante
de devolverse, o desviarse, de caminar un camino trazado por otro, que
en apariencia es más fácil, pero que sólo lleva a un terreno donde hay
arrepentimiento.
Uno tiene que saber que siempre habrá alguien que critique, que
diga que no, que trate de cerrarte la puerta que tu quieres abrir porque
le da miedo.
Uno debería saber que la libertad es algo interno, que la vida es
un juego constante entre voluntad y destino.
Que ninguna decisión es definitiva.
Uno debería saber que mientras más complejo el objetivo, más
vale la pena deshacerlo todo y volver a empezar.
Uno tiene que saber que puede lograr cualquier cosa que se
proponga.
Que los que tienen suerte, son los que están convencidos de que
la tienen.
Uno debería escuchar su cuerpo. Uno debería saber escuchar a su
corazón. Que a veces es necesario que manden los sentimientos, pero
que es lógico dejar que sea la razón la que tenga la última palabra.
Uno debería saber que lo que dicen los demás tal vez te importa,
pero que al final no cuenta para nada, que esa gente que uno llama “los
demás” siempre termina por cambiar de opinión.
Y que la vida es de uno y de nadie más, que las decisiones son de
uno y de nadie más.
Que se nace solo, y se muere solo, así que, dejar de hacer las
cosas por lo que otros piensen u opinen generan penas más grandes
que cualquier paso errado, o en falso.
Que la mejor cura para una tristeza es que la cocina se llene de un
olor que te recuerde tu infancia.
Que esta vida es maravillosa y hay que tratar siempre, siempre,
de ver lo bueno que hay ... ¡¡¡Que por lo general es mucho!!!
Uno debería saber tantas cosas. Tantas cosas que, a veces
pareciera que una vida no basta...”
Como siempre un placer saludarlo, esperando que estás pocas
letras hayan sido de su agrado y sobre todo de utilidad ¡Hasta la
próxima!