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FBI: Fue "iluminado por QAnon" para asesinar a sus hijos y así “salvar al mundo de monstruos”

Revela escalofriantes detalles sobre el asesinato de sus hijos, quienes recibieron más de 10 puñaladas.

FBI: Fue iluminado por QAnon para asesinar a sus hijos y así “salvar al mundo de monstruos”
Por: Redacción | El Mexicano | 08/12/2021

Tijuana, B.C., Agosto 12.- El norteamericano Matthew Taylor Coleman, de 40 años quien es el presunto culpable del infanticidio de sus hijos de 2 años y 10 meses, cuyos cuerpos fueron encontrados el lunes en Playas de Rosarito, en México, declaró al FBI (Buró Federal de Investigaciones) que los niños tenían ADN de serpiente y debía matarlos para “salvar el mundo de monstruos” y por tal motivo sustrajo ilegalmente del País vecino a sus hijos y les clavó un arpón en el pecho en reiteradas ocasiones para llevar a cabo su cometido.

Coleman,  fue acusado de dos cargos de asesinato en el extranjero de ciudadanos estadounidenses por el asesinato de su hijo de 2 años y su hija de 10 meses este miércoles ante una corte Federal de Los Ángeles; Se le acusa de dispararles con un fusil de pesca submarina durante la madrugada del lunes en Rancho El Descanso, Rosarito, de acuerdo con la Oficina de la Fiscalía de los Estados Unidos.

Este hombre habría confesado su crimen, luego de ser detenido por agentes de la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, por sus siglas en ingles) cuando intentaba reingresar a Estados Unidos a través de la garita de San Ysidro, en la frontera entre Tijuana y San Diego ya que era buscado en el país vecino por el presunto delito de secuestro.

“M. Coleman explicó que él había sido ilustrado por teorías de la conspiración de QAnon y los Iluminati y que estaba recibiendo visiones y señales que le revelaban que su esposa, A.C., poseía un ADN de serpiente y se lo pasó a sus hijos. M. Coleman dijo que él estaba salvando al mundo de monstruos”, señala una declaración jurada elaborada por Jennifer Bannon, agente del FBI.

Coleman dijo a los agentes federales que estaba “recibiendo visiones y señales que revelaban que su esposa... poseía ADN de serpiente y lo había transmitido a sus hijos”, afirma la declaración jurada.

Mientras que QAnon abarca una amplia gama de teorías de la conspiración, sus seguidores generalmente creen que el expresidente Donald Trump está luchando contra un estado profundo de caníbales adoradores de Satanás —incluyendo prominentes demócratas y celebridades— que operan una red de tráfico sexual de niños. 

Las creencias de QAnon se han vinculado no solo a la violencia política, incluido el ataque del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos, sino a la violencia basada en delirios sobre la victimización de los niños. En 2019, un memorando interno de la oficina del FBI en Phoenix calificó a QAnon y a las teorías conspirativas adyacentes como una amenaza terrorista doméstica, citando al menos dos incidentes violentos.

No estaba claro si Coleman había contratado ya un abogado que pudiera hablar en su representación

El sospechoso dio detalles específicos de los asesinatos y según documentos judiciales, Coleman declaró que llevó a sus hijos a México el sábado pasado y que, como no tenía una silla para niño, puso a su bebé en una caja. Llegó hasta la zona de Rancho del Cielo, en Rosarito y primero mató al bebé clavándole un arpón en el corazón. Luego lo hizo con su hija, quien, según su confesión, “no murió inmediatamente”, por lo que tuvo que clavarle el arpón más veces. Además, cuando lo hacía se cortó una mano.

Después arrastró los cuerpos unas 30 yardas y los dejó en unos matorrales. A los investigadores les reveló el lugar exacto donde los dejó, lo cual coincide con la información que la Fiscalía de Baja California, que investigó la escena del crimen, le compartió al FBI.

 

El propio Matthew Taylor, quien es dueño de una escuela de surfistas en California, identificó a sus hijos en las fotos capturadas por autoridades mexicanas al recuperar los cadáveres y marcó cada una de las imágenes con las iniciales de los niños, R.C. y K.C. “M. Coleman declaró que sabía que había hecho mal, pero que esa era la única acción que salvaría al mundo”, indicó el FBI.

El reporte de la esposa

La esposa de Coleman contactó con el Departamento de Policía de Santa Bárbara el sábado para informar de que su marido había abandonado la residencia de la pareja en una furgoneta Mercedes Sprinter con sus dos hijos, y no sabía a dónde habían ido, esto según la declaración jurada. Además mencionó que habían planeado un paseo familiar, pero Coleman se fue sin avisarle y dejó de responder sus mensajes de texto.

Entonces su principal preocupación era que no se había llevado la silla para el bebé. Ella dijo que no creía que los menores estuvieran en peligro, que no había peleado con su marido y pensaba que eventualmente regresarían los tres a su casa, dijo a la Policía.

 

Al día siguiente, la mujer de Coleman presentó una denuncia por desaparición. Usando la aplicación Find My Phone, la esposa de Coleman pudo determinar que el teléfono de su marido había estado en Rosarito el domingo por la tarde, dice la declaración jurada.

Utilizó la aplicación para localizar el celular de su esposo y así detectaron que la tarde del domingo estuvo en la plaza comercial Pabellón Rosarito, en Baja California. El lunes, la mujer mandó a la Policía una captura de pantalla indicando que su marido estaba cerca de la garita de San Ysidro. Alrededor de la 1:00 pm de ese día, Coleman llegó a ese puerto de entrada en su vagoneta Mercedes Sprinter y fue enviado a una segunda inspección, a pedido de la oficina del FBI en San Diego. Era el único pasajero.

Coleman fue remitido a una inspección secundaria y luego fue detenido cuando intentaba cruzar de Tijuana a Estados Unidos en San Ysidro, según la declaración jurada del tribunal y los funcionarios de Baja California.“Durante una inspección inicial de la vagoneta Mercedes se me informó que los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) observaron lo que parecía ser sangre en el registro de la camioneta", señala la declaración de la agente del FBI.

Al no encontrar a los niños, los agentes del FBI contactaron con policías de Rosarito y se enteraron que esa mañana habían recuperado los cuerpos de dos pequeños que coincidían con la descripción de los hijos de Coleman. Entre la evidencia que recuperó la Fiscalía mexicana está el arma que usó, la ropa ensangrentada de los niños y una sábana de bebé.

Coleman confesó los asesinatos en un cuarto para interrogatorios en la garita de San Ysidro. El martes por la madrugada fue transportado a una cárcel de Santa Ana, en el condado de Orange. Cuando lo registraban en el penal, el celador le preguntó por qué tenía curaciones en la mano y este respondió que había “lastimado a sus hijos”, detalla el FBI.

 

Hasta el momento los cadáveres continúan en Rosarito, en espera de que el Consulado de Estados Unidos en Tijuana los envíe a sus familiares.

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