123. Menos dinero, más resultados

El problema de la clase política actual es que todo quieren arreglarlo con dinero, y el problema mayor es que las personas lo estamos permitiendo. 

Cada candidatura a Gobernador en nuestro estado podrá gastarse más de 26 millones de pesos en sus campañas, esto fue aprobado en Comisión en el Instituto Estatal Electoral y a eso todavía hay que sumarle los cerca de 27 millones de pesos para las distintas diputaciones locales más los 28 millones de pesos para las alcaldías. 

De qué sirve que puedan gastar millones de pesos en campaña si siguen sin entender que no nos importan los espectaculares, los folletos, estar viendo sus caras por todos lados, las miles de lonitas, toda la basura electoral, la guerra sucia y muchos menos la compra de votos. Nos interesan las propuestas, el plan de trabajo de lo que quieren realizar en cuanto lleguen al puesto, y el cómo nos van a involucrar para trabajar en conjunto. 

Las personas tenemos que exigir que dejen de estar tirando dinero a la basura en campañas electorales en donde ni siquiera el 30% de personas participa. Para convencer a las personas de levantarse a votar no se trata de dinero, se trata de hacer un buen trabajo, pero a eso todavía muchos le tienen miedo, o simplemente no están acostumbrados. Ya no podemos permitir seguir teniendo campañas tan costosas, porque claro que se requiere dinero, pero no decenas de millones y que todavía a parte se gasten en cosas que ni nos interesan. Además, el tener la facilidad de tener dinero, no significa que se tiene que usar, mucho menos ante circunstancias de crisis en las que nos encontramos. 

Es importante recalcar que el que los candidatos, candidatas y partidos políticos tengan permitido gastar dichas cantidades no significa que están obligados a gastarlas, por ello la importancia de que las personas exijamos cuentas claras sobre el cuánto y la procedencia del dinero, sea dinero de las personas o dinero privado, tenemos que tener campañas de menos dinero y más propuestas. 

Al final, el problema real y la indignación radica en la falta de resultados. Tanto partidos como candidatos deben entender algo, y es que no nada más queremos campañas en donde el dinero público sea mínimo, sino el dinero en general. Se trata de migrar de campañas en donde gana el que puso más publicidad con su imagen, el que hizo guerra sucia e inclusive compra o condiciona votos, a campañas limpias y de las personas, en donde se concentren en generar propuestas reales y no en ver cómo atacan al contrincante o administraciones pasadas.



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