Cita con clío

FRASE. “El pueblo no necesita que su gobierno se queje y culpe a su antecesor. Es votado para que mejore la situación; por eso fue elegido, para dar soluciones. Para quejarse ya está el pueblo”. Manuel Fernández.

ROBERTO FIERRO VILLALOBOS. Nativo de ciudad Guerrero, Chihuahua; en su infancia le tocó vivir la época de la Revolución Mexicana, forjándose en ella. En este periodo su vida gira en torno a frecuentes cambios de residencia, de Chihuahua al destierro en los Estados Unidos, en El Paso, Texas; de allí a Los Ángeles, California, atraído por la industria del cine en donde fue extra de algunas películas.

En 1920 es enviado a México para estudiar aviación, convirtiéndose unos meses después en piloto aviador. Dentro del país y en el extranjero realizó varias proezas para la aviación de aquella época; tocaremos un suceso que Roberto Fierro siempre consideró como uno de los episodios más importantes de su vida: el vuelo sin escalas de Mexicali a la ciudad de México.

El general Abelardo L. Rodríguez, siendo gobernador del Distrito Norte de la Baja California, estableció una fábrica de aviones a los que se bautizó con el nombre de aquel Distrito.

En la fábrica improvisada, dentro de un molino de trigo abandonado en la ciudad de Zaragoza –Tijuana-, en un pequeño espacio se acondicionó la herramienta, la planta de soldar y la mesa de planos; el general Rodríguez, motivado por la iniciativa de un joven audaz y talentoso, José Flavio Rivera, se animó a poner el capital para la realización de la idea. Dicha idea era competir con la fábrica RYAN de California. Esta empresa había fabricado el famoso Spirit of St. Louis.

A principios de 1928, recién salido de la fábrica el BC-2, Fierro Villalobos se dedica a probarlo, teniendo ya la promesa del general Rodríguez de volarlo a México, sin escalas; una vez autorizado el vuelo se hicieron los preparativos en la Laguna Salada, supervisados personalmente por el general Rodríguez.

Dejemos que sea el propio Fierro Villalobos quien nos narre tan trascendente misión: … “Eran los principios del año de 1928. Se preparó una suculenta cena para despedirnos, amenizada por un conjunto musical que alegraba el ambiente con las más bellas melodías vernáculas. Yo estaba encantado entre mis amigos charlando y haciendo guasas, cuando de improviso el general Rodríguez me ordenó que me fuera a acostar, para que descansara un rato. Eran las 10:00 p.m., y entre a mi tienda seguro de que no iba a poder dormir por la natural nerviosidad y la lógica inquietud que me producía la proximidad de mi partida en aquel primer vuelo sin escalas que abría nuevos horizontes a mi carrera. No obstante, a la una de la mañana un ayudante del general Rodríguez tuvo que hacer grandes esfuerzos para despertarme. Creo que la nerviosidad y la emoción habían acabado por agotarme.

Café caliente, abrazos, la última inspección al aparato al que habían preparado mientras yo dormía, control de los tanques de gasolina, uno de emergencia y el corriente y, a las 2:00 a.m. –hora del Pacífico- emprendí el vuelo. Con la emoción se me había olvidado cambiar de tanque de reserva y así, cuando volaba sobre el golfo de California, el motor comenzó a “toser” por falta de nafta. Cambié la llave del tanque y desesperadamente le di a la bomba, hasta que todo volvió a la normalidad. La presidencia de la República había dado órdenes a las oficinas telegráficas situadas a lo largo de mi ruta para que estuvieran de guardia toda la noche, e informaran mi paso a la central de México. Así en la capital pudieron seguirme, gracias a los telegramas de las distintas estaciones que estuvieron anunciando mi paso por toda la ruta.

Yo no conocía entonces –y prácticamente nadie en México- la técnica del vuelo a ciegas, de noche, y además el aparato no llevaba radio a bordo; pero gracias a la comunicación desde tierra, en la central de México todo el mundo estaba enterado de los progresos de mi vuelo y por ello se me preparó un entusiasta recibimiento en el aeropuerto de Balbuena. Cuando aterricé, a las 5 p.m., del mismo día y después de 15 horas de vuelo, una inmensa muchedumbre invadía el campo en toda su capacidad. En el aeropuerto me esperaban el presidente, general Plutarco Elías Calles, el general Joaquín Amaro, secretario de Guerra y Marina, el general José Luis Amezcua, director de Aeronáutica Militar, el ingeniero Juan Guillermo Villasana, jefe del departamento de Aviación Civil y, amigos, periodistas, aviadores y toda una gama de gente que en aquellos acontecimientos demostraba su interés por las grandes hazañas de nuestra aviación. La muchedumbre era tanta que me impedía aterrizar, y mi corazón pugnaba por saltar de su sitio alterado por una indescriptible emoción.

Posteriormente supe que el general Abelardo L. Rodríguez había sido ascendido al grado inmediato superior por el éxito del vuelo, pero a Rivera, a los demás que participaron en la construcción de los Baja California y a mí, no se nos estimuló en ninguna forma”. (1)

El coronel piloto aviador Roberto Villalobos realizó varios vuelos más: México-La Habana, La Habana-Belice, Belice-Guatemala-San Salvador, Tegucigalpa-San José-Panamá, todos estos vuelos en el avión Baja California-2; Fierro Villalobos también fue hombre de negocios y gobernador sustituto de Chihuahua.

NOTAS DEL VIEJO MEXICALI. “Hoy viernes Pelean en Mexicali Memo Sánchez y Peacock. MEXICALI, B. C.— En la mejor atracción que se ha programado en Mexicali desde que el Ratón Macías peleó aquí, el temible Billy Peacock debutará aquí hoy viernes 25 mayo, llevando como rival a Memo Sánchez, destacado peso gallo de México. 

Sánchez es el aguerrido peleadorcito que tuvo en la lona a Macías cuando pelearon ambos en esta ciudad. Memo obtuvo una victoria sobre el Ratón cuando los dos eran amateurs. 

Entre la afición del Valle Imperial reina gran entusiasmo por la pelea de hoy, porque se trata del debut del hombre que noqueó a Macías en Los Angeles y le paró la marcha victoriosa al bravo Pimi Jiménez, quien hace pocos días derrotó a Frankie Campos en el Wrigley Field de Los Angeles. 

El promotor Nicolás Rodríguez redondeó su programa con interesantes peleas de respaldo”. (2).  

FUENTES CONSULTADAS:

Fierro Villalobos, Roberto, Esta es mi vida, Editorial Talleres Gráficos de la Nación, México. 1964.

El Sol, May 25, 1956, Page 5, Image 5, Phoenix, Ariz.

*) Licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UABC y, en Historia por la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC. Investigador del Archivo Histórico del Municipio de Mexicali. IMACUM. Email: lerdok57@hotmail.com. Facebook: Francisco Javier Palacios Flores.



NOTAS RELACIONADAS

Por: Juan Bautista Lizarraga / Diciembre 14, 2020
Por: Juan Bautista Lizarraga / Diciembre 07, 2020