Desregulación emocional y su relación con trastornos mentales más frecuentes

Se orientó sobre factores de riesgo y prevención del suicidio

Desregulación emocional y su relación con trastornos mentales más frecuentes
Por: EL MEXICANO | 01/30/2022

Tijuana, B. C. - Los estados de ánimo en las personas depresivas son más duraderos y su tendencia a llevar a cabo actividades positivas es muy reducida, señaló el psicólogo Jesús René Valenzuela de la Mora, al impartir la Conferencia «Desesperanza, Depresión, Ansiedad, Desregulación Emocional», en el marco de la Jornada de Salud 2022 que realizó la Universidad de Tijuana CUT.

La apertura de las actividades de la Jornada estuvo a cargo de la directora Académica de las Licenciaturas en Psicología y en Ciencias de la Educación, doctora Lorena Pulido Ríos, quien subrayó que la Universidad de Tijuana se distingue por su orientación humanista y crítica, con una clara concepción del ser humano, al reconocer que en cada uno de los estudiantes, docentes, padres de familia y colaboradores son ante todo personas sentientes, sociales y con necesidades. Desde esta lógica, CUT Universidad no sólo se enfoca en formar profesionistas críticos de las teorías y de los problemas sociales, sino busca también desarrollar conciencia en el proceder y sentir, la reflexión personal, con la idea de ser cada vez más humanos.

“El sentimiento de vivir saludables es la base para construir una vida, en un ideal de plenitud; sin embargo, es necesario detenernos a reflexionar sobre la realidad de este sentimiento”, expresó la doctora Lorena Pulido al resaltar que “los estados psicológicos se viven con absoluta certeza, independiente de si se puede verificar o constatar la realidad, a veces como mera ilusión, es ahí cuando se puede presentar un problema que, por mera prevención, hay que detenerse para analizarlo”.

“Nosotros podemos vivir con seguridad absoluta de que estamos bien en todos los sentidos, pero puede que sea a partir de que ignoramos una realidad que está latente, y puede presentarse de manera abrupta y romper con nuestra ilusión. Ahí reside el riesgo de encontrarse en otro momento de conciencia, de certeza, que puede ser contradictorio con el anterior y no saber cómo manejarlo”, precisó la también académica e investigadora del CUT y continuó “hoy parece ser que una de las palabras socializadas con más frecuencia en nuestras conversaciones, deseo, saludos y oraciones, es la salud. Hoy como Universidad nos detenemos a abrir el diálogo y abrir un espacio al tema, con la intención de que el programa que está por iniciar les contribuye a un momento de conciencia de su sentir, que es nuestra verdadera esencia como seres humanos”.

                Posteriormente, el especialista en trastornos de ansiedad Jesús Valenzuela inició su participación como ponente en la Jornada de Salud, espacio que contó con una asistencia cercana a 500 personas entre estudiantes, docentes, administrativos y padres de familia conectados vía Zoom, así como público en general que siguió la transmisión en vivo por Facebook.

Valenzuela de la Mora apuntó que la depresión es uno de los trastornos psiquiátricos más antiguos, aproximadamente entre de tres a siete personas de cada cien la experimenta todos los años. El siglo pasado se consideraba como la enfermedad mental más diagnosticada, sin embargo, en este nuevo siglo la ansiedad ha empezado a ganar terreno.

“Las personas que sufren depresión frecuentemente encuentran que sus pensamientos y estados de ánimo son negativos e interfieren en su vida social, dentro de lo laboral o familiar o lo interpersonal”, dijo el también especialista en realidad virtual.

La forma en que se interpretan los sucesos negativos influye en la aparición de problemas emocionales, tales como la ansiedad y la depresión. La desesperanza se percibe como una tendencia a hacer inferencias negativas sobre las causas, consecuencias e implicaciones para la propia persona que enfrenta sucesos negativos.

La desesperanza es considerada un importante factor de vulnerabilidad para cierto tipo de depresión y para pensamiento suicida. En este sentido, cuando un adolescente experimenta circunstancias adversas, como el rechazo por parte del grupo, interpretará causas y consecuencias negativas que asocia con ese momento, haciéndolo presa fácil de la depresión por desesperanza que se asocia a síntomas como baja autoestima, falta de energía, tristeza, entre otros.

En la actualidad, hay una amplia gama de tratamientos médicos como los farmacológicos para el trastorno de depresión mayor, pero cuando es un trastorno muy resistente a los fármacos convencionales, se recomienda la terapia electroconvulsiva que tiene buenos efectivos pero no es muy popular y la fototerapia o luminoterapia que consiste en la exposición a una fuente de luz artificial.

Tanto la depresión como la desesperanza “están íntimamente relacionadas y eso es porque las personas con ese estilo de vida hacen interpretaciones fatalistas de los problemas que les ocurren, piensan que no tienen solución, que no hay nada que puedan hacer para mejorar esa situación, que las consecuencias son inevitables, permanentes y afectarán todo su entorno; además, tienden a culparse de las cosas que suceden y toman las cosas de manera muy personal, piensan que en el futuro así seguirán siendo. Esto es una de las mayores causas de suicidio”, expuso el psicólogo Jesús Valenzuela.

Suicidio: factores de riesgo y prevención

                Por su parte, la psicóloga Miriam Lizbeth González Ortega, representante legal de Isabel A.C. Ayuda para la vida, impartió las Conferencias «Factores de Riesgo Suicida», así como «Factores Protectores de Conductas Suicidad».

                En cuanto a los factores de riesgo en la conducta suicida, Lizbeth González mencionó que las principales enfermedades ligadas al suicidio son la depresión, trastorno de ansiedad, esquizofrenia, bipolaridad, abuso de sustancias adictivas o del alcohol.

                Además de los factores genéticos y biológicos, problemas como el desempleo, las crisis económicas, el aislamiento y los periodos prolongados de duelo hacen a las personas más proclives a pensar en el suicidio. Otros factores asociados al suicidio es la exposición a sucesos violentos como el abuso sexual, violencia de pareja, bullying, padecer una enfermedad crónica.

                Destacó que no se tiene con certeza qué edades son las más propensas al suicidio, aun que la mayoría de los estudios afirman que la población entre 15 y 24 años es la más vulnerable. Esto no significa que no haya suicidios en otras edades, ya que este tipo de trastorno registra un considerable aumento entre niños y adultos menores.

                Por otro lado, algunos factores protectores que reducen el riesgo de suicidio son un buen apoyo familiar, tener relaciones sociales sanas, una buena autoestima, una visión a futuro y no consumir drogas ni alcohol.

                Los factores protectores no son lo contrario a los factores de riesgo, aclaró Lizbeth González al señalar que “son las condiciones que promueven la fortaleza y resistencia en las que se apoya una persona vulnerable. Nosotros vamos a ir formando, tejiendo estos factores protectores en la persona y todos podemos ser agentes de cambio”.

                En este sentido, el principal factor protector en el que todos podemos intervenir en casa, en los centros educativos, incluso en el ámbito laboral, es limitar el acceso a los medios de suicidio. Este factor protector suele ser el más recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el que más se recomienda tanto en terapia como en todas las investigaciones.

                La psicóloga Lizbeth González afirmó que si es posible evitar que una persona se suicide si se le da el tratamiento adecuado. Hablar del tema e incitar a expresar sus emociones puede servir para reducir sus intenciones, aunque siempre lo recomendable es acudir a un profesional.

Por lo que recomendó que, en caso de detectar casos de riesgo en la familia, en las amistades o con los compañeros de estudio o trabajo, se puede buscar ayuda en los grupos de apoyo como Isabel A.C. Ayuda para la vida, a través de la página www.ayudaparalavida.com, o bien, marcar el número de emergencia 9-1-1 para pedir ayuda o al de asistencia psicológica 075 de manera anónima. También se puede consultar las instituciones de la Red Municipal para la Atención y Prevención del Suicidio en Tijuana, así como en el Frente Nacional de Prevención al Suicidio para el interior de la república.

Cabe mencionar que la organización Isabel A.C. Ayuda para la vida es un centro de integración humana en el que se afrontan los problemas de conducta de riesgo asociadas al a violencia autoinfligida, mediante el desarrollo de habilidades sociales y emocionales para la vida principalmente en niños, niñas y adolescentes.

Esta asociación civil fue fundada en Tijuana desde 2013, se imparte capacitación, talleres y platicas informativas sobre la prevención de la violencia autoinfligida; en 2015 se funda la Red Municipal para Atención y Prevención del Suicidio, en la que colaboran instituciones educativas, así como del servicio público y privado. Además, a través de un frente nacional, colaboran en otros estados por lo que su servicio y apoyo lo pueden prestar en todo el país.

                Al final de cada conferencia, se hizo entrega de un reconocimiento a los psicólogos Jesús Valenzuela y Lizbeth González, en agradecimiento por participar en la Jornada de Salud 2022. Lo mismo que a las talleristas que participaron en la segunda parte de este espacio académico: las psicólogas Gemma Lizeth Plascencia Mendoza, Saraí Ananda Echánove Acosta, Jessica Miranda Suárez y Angélica Giselle Agundez Lucero, se les entregó un reconocimiento por compartir su experiencia y contribuir en la formación integral de los estudiantes de Licenciatura de la Universidad de Tijuana.




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