Cómo hacer frente al 2021

Quisiera iniciar este texto compartiendo con ustedes “una verdad” que, a base de años de duros golpes, desánimos, frustraciones y desesperación, he aprendido y asimilado profundamente: “Cada obstáculo y dificultad representan una invaluable oportunidad de aprendizaje y crecimiento”.

Y va otra verdad absoluta: “La manera en que interpretamos cada situación, define nuestra realidad y condiciona nuestros actos.

Es cierto que, de acuerdo a cifras oficiales, la economía mexicana se contraerá cerca de 9% con un rebote de 3.5% para 2021. Aún de ser así, el crecimiento esperado resultaría muy pequeño tras una caída tan grande (la contracción persistirá por arriba del 5%).

Las razones de esta perspectiva tan poco alentadora son, principalmente, por las políticas públicas que no favorecieron la inversión privada y extranjera. El gobierno tomó la decisión de apoyar muy poco a la economía en el tema de la pandemia; no ayudó a las personas que perdieron su empleo y tampoco dio apoyos a la pequeña y mediana empresa, dejando desprotegida a la planta productiva y al empleo, con la consecuencia del cierre de miles de negocios y millones de despidos.

Además de la pandemia, una de las principales razones de la contracción de la economía y de la caída de la inversión, fue provocada por políticas públicas que, en forma deliberada, se impusieron desde el inicio de la actual administración (nadie olvida que la cancelación del aeropuerto en Texcoco fue la primordial causa de la pérdida de confianza).

Aunado a la toma de decisiones apoyadas por consultas populares “patito“, como es el caso de la cancelación de la fábrica de cerveza en Mexicali (Constellation Brands), así como la decisión de ir contra las energías limpias para ayudar a la CFE y a que Pemex pudiera vender el combustóleo que produce, generando que el costo de la energía eléctrica esté en aumento.

También, en el tema de corrupción e impunidad no nos quedamos atrás, pues México cayó tres posiciones en el ranking global del Índice de Estado de Derecho 2020, que realiza la importante organización civil World Justice Proyect, con lo cual se colocó en el lugar 104 de una lista de 128 países y jurisdicciones a escala mundial.

Este índice mide el desempeño del estado de derecho con base en ocho factores: 1.- Restricciones a los poderes del gobierno, 2.- Ausencia de corrupción, 3.- Gobierno abierto, 4.- Derechos fundamentales, 5.- Orden y seguridad, 6.- Cumplimiento normativo, 7.- Justicia civil y 8.- Justicia penal.

Las razones por las que el país salió peor evaluado que en 2019 fue, por sobre todo, la percepción de deterioro del orden y seguridad, aunado al aumento de corrupción y deficiencia de la justicia penal.

Sin duda, el 2021 será un año muy difícil, a pesar de que ya estaremos en proceso de vacunación.

La realidad mexicana para el 2021 muestra un futuro muy retador. La economía global enfrenta una disrupción financiera y digital nunca antes vista. Solamente países, economías y empresas resilientes han podido aguantar el golpe de la crisis. Miles de empresas formales en México tuvieron que cerrar. La falta de aciertos en las políticas económicas y la cautela en las inversiones o en el apoyo a las PyMEs desaniman la generación de empleo.

La incertidumbre política añadida por las elecciones estatales, podrían tener implicaciones económicas por la falta de asignación y circulación de recursos de forma adecuada. Aún no se han definido las condiciones para propiciar la inversión del sector privado o de empresas extranjeras.

Sin embargo, el hecho de que los mexicanos hayamos vivido infinidad de ocasiones tiempos de crisis económicas y desestabilidad política y financiera, nos ha hecho más resistentes a estas adversidades. Para nosotros no es nada nuevo, en el pasado nos la hemos arreglado para salir adelante, y en esta ocasión no será diferente.

Para fortalecer y recuperar la economía es crucial mejorar el modelo de negocio con un balance en la creación de valor para clientes, empleados y accionistas.

Los empresarios tienen el reto de generar riqueza no sólo para ellos sino también para sus clientes y empleados, así como el desarrollo de mejores prácticas y la especialización. También, los mexicanos debemos involucrarnos aún más para exigir al Gobierno Federal y Estatal la generación de condiciones favorables para las empresas y el empleo.

Las tasas de inversión tienen que recuperarse y aumentarse, las políticas fiscales, comerciales y monetarias debe abordarse con un enfoque integral y unido para así lograr una mayor inversión y más empleo, debe reactivarse el otorgamiento de créditos con tasas y garantías más razonables.

Los mexicanos somos un hueso duro de roer, nuestra actitud ante la desgracia define nuestra realidad y acciones, lo que nos hace salir adelante.

Los invito a integrar este modo de percibir las situaciones abruptas que se nos presentan, no con un optimismo absurdo y fantasioso, sino con los pies bien puestos sobre la tierra pero convencidos de que la adversidad, por más dura que sea, no nos va a vencer, por el contrario, nos hará más fuertes, pues sabremos encontrar la salida y mejorar nuestra situación.

Ya lo decía Don Lorenzo Servitje, fundador de la emblemática empresa Bimbo: "Los empresarios (los mexicanos) no nos desanimamos a la primera. Somos como lagartijas apedreadas: sabemos correr, escondernos, defendemos y estar alerta. Para llegar aún más lejos se requiere: trabajo, dedicación, austeridad, esfuerzo y exigencia diaria".

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo, de utilidad ¡Hasta la próxima!



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