Ecos

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El presidente visitó nuevamente Baja California, un par de semanas antes del relevo en el gobierno estatal y unos días después del anuncio de la reapertura de la frontera.  Un momento singular.

Las giras presidenciales siempre despiertan expectativas, las autoridades locales se placean y presumen cercanía con el jefe del ejecutivo, aunque habitualmente quedan dudas y temas pendientes.   

En esta ocasión, el presidente López Obrador anunció, por fin, una obra importante de infraestructura vial en Tijuana.  El llamado segundo piso será construido a lo largo del próximo año y conectará directamente la avenida Internacional con el boulevard Aeropuerto, lo que ayudará a descongestionar la Zona Río.  El paso a desnivel se realizará con recursos federales y por lo tanto no cobrará peaje.  Una buena noticia.

En Ensenada, tal como lo había anunciado en su visita anterior, el presidente firmó el decreto para la regularización de los autos “chocolate”, una decisión que pretende dar un poco de orden y reducir el uso de estos vehículos en la comisión de delitos, aunque realmente no dicen cómo.  ¿Creerán que los delincuentes van a registrar sus automóviles?  

A su llegada, el presidente puso en operación en Mexicali el sexto cuartel de los doce que tendrá la Guardia Nacional en Baja California.  Ahí se dijo que a la fecha han sido desplazados al estado 1, 800 agentes federales, quienes sumados a los 5, 500 elementos del ejército y la Marina y ocho mil policías estatales y municipales, conforman una numerosa fuerza de prevención y combate, que hasta el momento ha sido insuficiente para reducir la incidencia delictiva.  Esto nos lleva a pensar que la simple presencia no alcanza para obtener los resultados esperados, sigue faltando una estrategia eficaz.  A seguir esperando.

Para concluir su gira, el presidente supervisó la rehabilitación integral del Hospital General de Tijuana, donde habló de su tema preferido: la corrupción.  Aseguró, una vez más, que con la 4T se acabó la corrupción en el país, “una peste peor que la pandemia”, dijo.  El caso es que, según los datos que arroja el más reciente estudio sobre percepción internacional de la corrupción, elaborado en 2020 por la organización Transparencia Internacional, México aparece todavía mal ubicado en la lista mundial.  A pesar de lo que afirma el presidente, estamos clasificados en el lugar 124 de una lista de 180 países; por debajo de países como Uruguay, Chile, Costa Rica, Argentina, Ecuador, Colombia, Perú, Brasil, El Salvador, Panamá y Bolivia.

Por cierto que el proyecto de la planta fotovoltaica de Mexicali, promovido y licitado por el gobernador Bonilla, está en riesgo inminente de ser suspendido.  Resulta que la Secretaría de Energía rechazo en su momento el permiso para su construcción, ya que no fue autorizado por la Comisión Reguladora de Energía.  Aún así, el gobierno de Baja California convocó la licitación, evadiendo -dicen- los requisitos legales para un proyecto de esa magnitud.  De avanzar esta denuncia, habría varios funcionarios en la cuerda floja.