El Trastorno de Evitación Experiencia

Ana María Reynoso Añorga
El Trastorno de Evitación Experiencia

Ana María Reynoso Añorga 

Psicoterapeuta

HOLA AMIGAS Y AMIGOS:

Es un placer estar con ustedes cada semana a través de esta columna “Frente al Espejo”

El tema de hoy es: “El Trastorno de Evitación Experiencial”

El trastorno de evitación experiencial es fácil de comprender. Una situación propicia para que se manifieste, es aquella que es valorada como indeseable por la persona que sufre este trastorno, de manera que para no entrar en contacto con dicha situación va a tratar de evitarla o de escapar.

En este sentido, es bueno hacer un apunte: no querer entrar en contacto con el malestar, o bien querer escapar del mismo en lugar de aceptarlo, no es un trastorno; más bien se trata de una respuesta normal que se observa en todos los animales, y en los seres humanos. El trastorno se da cuando aparecen pensamientos rígidos como “tengo que estar bien para poder hacer cosas“, “necesito sentirme feliz para poder volver al trabajo“, o “no soporto estar nervioso, necesito que esto se acabe ya“, que son una fuente de malestar.

El origen de la evitación experiencial es la inflexibilidad psicológica a la hora de manejar el malestar, ya sea evitándolo o escapando de él. Esta falta de adaptación provoca el trastorno de evitación experiencial, haciendo que la vida de la persona que lo padece se mueva en torno a la evitación de las sensaciones o pensamientos dolorosos.

La inflexibilidad psicológica se produce cuando una persona se cierra frente a pensamientos, emociones o recuerdos que son dolorosos. Lo que ocurre es que no se posee flexibilidad como seguir con las actividades diarias que procuran bienestar a pesar de que puedan existir una o varias fuentes de malestar. Existe la idea rígida que hay que “estar bien” como paso previo para poder disfrutar de cualquier tipo de actividad o tarea.

Las consecuencias el trastorno de evitación experiencial son muy importantes. Se espera estar bien para ir al cine, quedar con amigos, retomar los estudios, y un sin número de actividades. Se desarrollan muchísimas costumbres que buscan evitar las experiencias psicológicas desagradables. Así, con el pasar de los meses y años, la vida solo gira en torno a la evitación.

A nivel psicológico, la evitación experiencial no hace más que empeorar la sintomatología asociada al malestar, y afectar la vida emocional del individuo. Y es por esto que la Terapia de Aceptación y Compromiso (desarrollada para superar el trastorno de evitación experiencial) se orienta a la aceptación del malestar y al establecimiento de metas que aborden los valores personales.

La solución para este trastorno se encuentra en la aceptación, observación incondicional y sin juzgar de las experiencias psicológicas, como los pensamientos, emociones y sentimientos. Luchar contra este trastorno es una ardua tarea e implica un camino difícil. Sin embargo, es algo necesario para poder liberarnos de las trampas del pensamiento y de las creencias rígidas que buscando estar bien, nos llevan a encontrarnos cada vez peor. Orientar nuestras vidas hacia nuestros valores personales, aceptando el malestar que conlleva el día a día, nos hará sentirnos más libres y felices.

“Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás”

Daniel Goleman



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