Prohibido prohibir
Agradezco profundamente la declaración vertida el día de ayer por el
Presidente López Obrador durante su “mañanera”. En ella expresa su
respeto a la posición que he tomado sobre la salvaje agresión de que
han sido víctimas en dos ocasiones nuestros hermanos
centroamericanos. Dijo textualmente: “Porfirio es un gran dirigente y
hombre de lucha; sabe muy bien que la libertad no se implora, sino se
conquista” y añadió, “mi recomendación es que se habrán todos los
foros. Prohibido prohibir. No hay porque censurar, nosotros no
censuraremos a nadie”. Noticia alentadora para la batalla que estamos
librando.
De toda evidencia ha respondido a una presión del gobierno
norteamericano que no debiéramos admitir. Una cosa es la migración,
otra el refugio y otra distinta el asilo político. Denominar sólo como
migrantes a quienes buscan cobijo en nuestro país y un posible ingreso
a los Estados Unidos por razones humanitarias y de esperanza humana
es un error. Estas personas son en rigor refugiadas.
La migración se define como el fenómeno por el que “las gentes dejan
su lugar de residencia para establecerse en otro país o región”. Hubo
tiempos en que estos éxodos se facilitaban con fines de poblamiento y
hasta de mestizaje. La política de represión puesta en práctica por el
gobierno es por el contrario una actitud xenófoba, ya que si llegaran
hombres blancos y güeros se les recibiría con beneplácito. Reflejo
además contrario a la globalización ya que mientras se desplazan
bienes, servicios y capitales, se combate el libre tránsito de los seres
humanos.
El derecho a migrar está consagrado en documentos esenciales de
Naciones Unidas, comenzando por el Pacto de Derechos Económicos y
Sociales que estipula “toda persona tendrá el derecho de salir
libremente de cualquier país, incluso del propio”. Correlativamente
prescribe que “deben crearse las condiciones económicas para que
puedan permanecer en sus países”. En suma, los instrumentos
internacionales consagran tanto el derecho a migrar como a no migrar.
Durante decenios militamos resueltamente a favor de esos derechos e
incluso me tocó promover la Convención Internacional sobre Todos los
Trabajadores Migrantes y sus Familiares.
Tuvimos entonces la oportunidad de definir los términos del debate. El
refugio es una modalidad de la migración por el que se obligan los
países a recibir y ofrecer protección a las personas que tienen fundados
temores de ser perseguidos por motivos de raza, religión, minoría
nacional y opinión política; con mayor razón por carencias económicas.
Así lo señalan la Convención de la ONU sobre el Estatuto de Refugiados
de 1951 y su Protocolo de 1967, ratificado por México hasta el año
2000. En 2011 promulgamos la Ley sobre Refugiados y Protección
Complementaria que ahora se están violando impunemente. Sostengo
que la Guardia Nacional ha incurrido en delitos y que no podrían en un
Estado de Derecho permanecer impunes.
Nos hemos empeñado en que se dé a conocer cualquier “pacto secreto”
que se haya hecho en la materia con los Estados Unidos. El gobierno
debiera volver transparentes las negociaciones que llevaron a la
suscripción del TMEC. Por añadidura México fue activo promotor del
Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, signada
en Marrakech en noviembre de 2018.
El Ejecutivo Federal dijo ayer que no ha recibido información sobre la
violación de derechos humanos cometida en la frontera sur y que no ha
visto los videos que la exhiben. Confiamos en que los conocerá pronto
para tener una posición clara sobre los hechos y definirla públicamente.
Aunque los cortesanos quisieran tener un Presidente ciego. Nuestro
Congreso debería también rectificar su desplante de avestruz y
averiguar los denigrantes sucesos. La mayoría parlamentaria de Morena
ha procedido de manera lamentable al censurar la palabra de un
miembro fundador y negarse a reconocer los testimonios materiales de
los hechos. Por mi parte presentaré en la próxima sesión de la Cámara
un proyecto de reforma al artículo 11 constitucional para reforzarlo.
Espero que esta vez no reciba como respuesta el silencio cómplice.