Psicología evolucionista

Psicología evolucionista

Los procedimientos y la manera en que se articulan los planes son tan relevantes como la materia misma, esto es, el diseño, la estructura operacional y los modelos de ejecución resultan trascedentes en cuanto a que, si no se articulan adecuadamente, el fondo no tendría consecuencia alguna.

La calidad de nuestros actos revela nuestra auténtica capacidad. La calidad de nuestras acciones pone de manifiesto nuestra calidad.

Nuestro comportamiento, lenguaje oral y corporal, así como nuestra forma de vestir, aseo personal, vehículo, casa, reloj y hasta el perfume que usamos, todo, absolutamente todo, refleja quienes somos, como sentimos y pensamos de nosotros mismos y de los demás. Es la manera más genuina en que nos comunicamos con nuestros semejantes.

La correcta comunicación entre las personas es determinante para la adecuada interrelación entre estas en una comunidad, por lo que los medios utilizados para realizar esta función resultan fundamentales.

Sin un adecuado medio no hay comunicación. Sin una adecuada forma no hay función. El interior y el exterior se afectan mutuamente y no es posible tomar partido por uno solo.

¿Que comunica una persona oliendo mal, estando sucio, desalineado? ¿Al alterar el contenedor, se altera el contenido?, ¿Alterar el medio es alterar el mensaje?

La escuela psicológica de la Gestalt dedicó notables esfuerzos a principios del siglo XX para entender el asunto del fondo y la forma, partiendo de la percepción visual y así dar luces sobre cómo funciona la mente humana, tema de relevante importancia para la ciencia del derecho.

La conclusión a la que se llegó es que no es posible captar el fondo sin la forma, así como tampoco es posible entender una idea sin las palabras o las imágenes. Cuando se altera el significante también lo hace el significado.

La nueva corriente de la “psicología evolucionista” arroja nuevas luces sobre el asunto al resolver que: lo bueno y bello no está determinado solamente por los procesos de aprendizaje o la cultura, hay algo en nuestra naturaleza que nos lleva a reconocer como bello y bueno aquello que tiene alguna función especial para nuestra supervivencia.

La belleza cumple una función adaptativa que nos permite identificar rápidamente aquello que puede ser útil para la reproducción de nuestros genes. Los colores, los olores, los sabores, los sonidos o los objetos nos resultan agradables o desagradables en función de nuestra evolución, no por sí mismos.

La forma en que nos comportamos, hablamos, vestimos, gesticulamos, etc., hace parte de la función porque es parte del mensaje o la estructura misma.

Tanto el uno como el otro pertenecen a una misma naturaleza, mas que a naturalezas opuestas o complementarias, el fondo es parte de la forma y la forma es parte del fondo.

Así que, ya saben, la próxima vez que vayan a interactuar con amigos, clientes o el sexo opuesto recuerden que lo que reflejan es lo que en el fondo son.

Como siempre un placer saludarlo esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo, de utilidad, ¡Hasta la próxima!



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