Santa Claus y la Navidad

Santa Claus y la Navidad

La Navidad es una de las manifestaciones religiosas y culturales más importantes de la historia de la humanidad.

A lo largo de los siglos, el Nacimiento de Jesús de Nazaret ha constituido, y sigue haciéndolo, una de las bases del credo de más de dos mil millones de personas en el mundo que fundamentan su vida en los hechos y vivencias que narran los evangelios del Nuevo Testamento, en torno a las cuales se han generado liturgias, ritos, prácticas, literatura, música y comidas que le son característicos acorde al núcleo de la celebración, tal y como lo requiere el nacimiento de una divinidad.

La Navidad ha sido una ocasión, y esencialmente un estímulo, para que las personas, creyentes y no, alcancen un mayor grado de humanidad, por el elenco de valores humanos y espirituales que representa.

En nuestro país, historiadores señalan que la primera Navidad propiamente mexicana de la que se tiene registro fue en 1526, realizada por el Misionero Franciscano, Fray Pedro de Gante, celebración en la que participaron los indígenas originarios del territorio de la Nueva España.

Las tradiciones Navideñas en México tienen características distintivas a las de otras naciones, dado que tienen un fuerte componente prehispánico que nace con la fusión de las culturas indígena y española, de ahí que las posadas, pastorelas y la celebración de Reyes Magos son solo algunas tradiciones Navideñas netamente mexicanas que han pasado de generación en generación en nuestro país.

Otro personaje fundamental que se ha ido incorporando fuertemente en los festejos navideños es el de Santa Claus, el cual es erróneamente identificado como una tradición del vecino país del norte ajeno en su totalidad a la celebración cristiana.

No obstante, ello no es del todo cierto.

La historia de Santa Claus se inicia en el año 280 Después de Cristo, con Nicolás de Bari o Nicolás de Mira, mejor conocido como San Nicolás.

San Nicolás fue un obispo nacido en la ciudad de Patara, en la región de Licia de Asia Menor (actualmente territorio de Turquía). Según cuenta la leyenda, Nicolás fue hijo de dos padres cristianos de ascendencia griega con una abundante riqueza. Desde niño se destacó por su carácter piadoso y generoso. Sus padres lo educaron en la fe. Después de la muerte de sus padres heredó una gran fortuna que puso al servicio de los necesitados, según la hagiografía escrita por San Metodio, arzobispo de Constantinopla.

Al morir sus padres repartió toda su fortuna entre los pobres y se fue a vivir a Mira (actual Turquía), donde sería consagrado obispo.

Utilizaba una dulzura exquisita logrando grandes y sinceras conversiones, a pesar de su discreto talento especulativo y orador que tanto gusta a los orientales.

San Nicolás de Bari murió el 6 de diciembre del año 343 en Mira, Anatolia (hoy Turquía). Tras su muerte se convirtió en el primer santo no mártir en gozar de una especial devoción en Oriente y Occidente. Multitud de relatos milagrosos aparecieron sobre él.

En Oriente lo llaman Nicolás de Mira por la ciudad donde se desempeñó como obispo, pero en Occidente se le llama Nicolás de Bari porque cuando los musulmanes conquistaron Mira, Anatolia, un grupo de cristianos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa ciudad se le adjudicaron tan admirables milagros al rezarle que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía.

Su nombre, notable también fuera del mundo cristiano, dio origen al personaje de Santa Claus (del alemán Sankt Niklaus), conocido también como Papá Noel.

Incluso, San José María Escrivá de Balaguer, fundador del opus dei, le nombró santo intercesor de esta institución jerárquica de la Iglesia católica.

Nicolás de Bari se convirtió en la base de las figuras de Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás.

El personaje de Papá Noel se remonta al siglo XVI en Inglaterra durante el reinado de enrique VIII, época en que este país se separa del dogma católico para instaurar la iglesia anglicana. Como Inglaterra ya no celebró la fiesta de San Nicolás, esta se sustituyó por el de Papá Noel (personaje basado en Nicolás de Beri), celebrándolo el 25 de diciembre para coincidir con el día de Navidad.

En los Países Bajos y Bélgica, el personaje de Papá Noel compite con el de Sinterklaas (basado en la figura de San Nicolás). En esa región es conocido como Kerstman, en holandés "el hombre de la Navidad".

Se cree que el paso de la imagen de San Nicolás a la de Santa Claus sucedió alrededor del año 1624, cuando los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam (hoy Nueva York), llevando con ellos sus costumbres y mitos, entre ellos el del Sinterklaas, la fiesta de su patrono (cuya festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre).

En 1809, el escritor Washington Irving escribió la sátira “Historia de Nueva York”, en la que nombró Santa Claus al santo neerlandés con una burda pronunciación angloparlante.

Más tarde el poeta Clement Clarke Moore publicó en 1823 un poema donde dio cuerpo al actual mito de Santa Claus, basándose en el personaje de Irving, poema en el que hace una versión del personaje que, aunque gordo es ágil como un duende y regala juguetes a los niños en la víspera de Navidad, transportándose en un trineo tirado por renos.

Posteriormente, hacia 1863 adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón con la que más se le conoce, gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en Harper’s Weekly (revista política estadounidense con sede en la ciudad de Nueva York).

A comienzos del siglo XX, en 1902, en el libro infantil “The Life and Adventures of Santa Claus”, del escritor L. Frank Baum, se origina la historia de cómo Claus se ganó la inmortalidad, al igual que su título de santo.

Así mismo, en el siglo XX, la empresa Coca- Cola encargó al pintor Haddon Sundblom que remodelara la figura de Papá Noel para hacerlo más humano y creíble. En su versión de 1931 se puede ver por primera vez los colores rojos en la vestimenta de Santa Claus, alusivos a la marca de la compañía refresquera.

Si bien Santa Claus es un personaje ficticio identificado con festividades estadounidenses, la realidad es que sus raíces, origen y esencia están fuertemente arraigados en el cristianismo, con el que comparte los valores y principios de bondad, generosidad, amor filial y amistad.

Por lo que la participación activa de Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás en nuestra celebración navideña no excluye a las tradiciones religiosas del nacimiento de Jesús, sino que la complementa y enriquece, potenciando la experiencia de manera muy especial, fortaleciendo los valores y principios navideños.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y sobre todo de utilidad ¡MUY FELIZ NAVIDAD!




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