Vacunación como política de estado

Vacunación como política de estado

Sociedad y derecho

EE UU pretende alcanzar sus ambiciosas metas de inmunización en menos de dos meses. Tal y como lo anunció el Presidente Joe Biden, espera poder celebrar el día de la independencia (04 de julio), con toda su población vacunada contra el COVID 19.

Para ello, incentiva a los norteamericanos a vacunarse regalando cervezas, donas, entradas para el béisbol, transporte público y hasta marihuana.

Incluso, EE UU apoya liberar las patentes de las vacunas contra el coronavirus, con lo que, además de inmunizar a sus ciudadanos, también se beneficiarían países que no cuenten con los recursos económicos suficientes para proporcionar vacunas a toda su población.

De esta forma, la mayor potencia económica mundial accede a una reivindicación que varios países con problemas económicos para acceder a las vacunas llevaban tiempo exigiendo. La India y Sudáfrica ya habían propuesto a la Organización Mundial del Comercio liberalizar las patentes de todos los fármacos anticovid, un asunto que se debatió en una reunión conjunta con las principales farmacéuticas que finalizó sin conclusiones ni compromisos claros.

En un discurso televisado, el Presidente Biden se dirigió a la nación con motivo del primer aniversario de la declaración de la pandemia con el objetivo de concienciar de la importancia de la vacunación frente al virus. 

Hasta el momento, esta enfermedad ha hecho que más de 530.000 estadounidenses hayan fallecido y más de 29,2 millones se hayan contagiado.

El 42% de la población de Estados Unidos ha recibido al menos una dosis de la vacuna, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). Aproximadamente el 28,5% de la población está completamente vacunada.

El cuestionamiento obligado y que invita a la reflexión es, ¿Por qué  EE UU llega al extremo de incentivar, por medio de regalos, a la población para que se vacunen?

Resultan obvios los beneficios de contar con la totalidad de la población vacunada, siendo principalmente, la protección de la vida de los ciudadanos, la reactivación de la economía, el descongestionamiento de los servicios de salud, el regreso a las actividades educativas presenciales de millones de niños, por nombrar sólo algunos.

Sin embargo, lo que más llama la atención es que la campaña de vacunación contra el COVID 19 se ha convertido en la principal política de estado de la administración Biden. Esto denota una visión de altura del Presidente estadounidense, ya que, además de los beneficios inmediatos que traerá consigo la inoculación de la población del país más poderoso del mundo, vuelve a colocar a EE UU en el escenario “moral mundial” que había perdido a consecuencia de las desastrosa y corrupta administración Trump.

Quizá sea esta otra de las razones que motiven a los EE UU a ganar la carrera de inmunización y ser, de nuevo, un ejemplo mundial en el panorama moral.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo, de utilidad ¡Hasta la próxima!




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