¿Cómo el sector privado se puede unir para fortalecer el T-MEC y aumentar su impacto?

¿Cómo el sector privado se puede unir para fortalecer el T-MEC y aumentar su impacto?
Por: EL MEXICANO | 08/06/2021

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) entró en vigor el 1 de julio de 2020. A poco más de un año de su implementación, las partes involucradas siguen negociando y nutriendo un acuerdo que se ha caracterizado por su flexibilidad. Sin embargo, todavía quedan varios desafíos pendientes en la negociación trinacional.

La correcta implementación del T-MEC no es exclusivamente tarea de los gobiernos. En este proceso se necesita del involucramiento de otros sectores de la sociedad, como la iniciativa privada (IP), los trabajadores y las universidades, considera María Pía Taracena Gout, académica de la Universidad Iberoamericana y miembro del consejo de la Asociación de Empresarios Mexicanos (AEM).

De acuerdo con Taracena Gout, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) -signado en 1994-, favoreció mucho el comercio entre las grandes firmas; no obstante, “ahora es momento de buscar los caminos para hacer un tratado más incluyente y conseguir  la participación de las pymes”.

“Es preocupante que esta clase media empresarial, que no son los grandes empresarios vinculados a una sociedad con el gobierno, muchas veces les es muy difícil salir adelante. Ahorita es el momento para fortalecer esa parte”, agrega la también integrante del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), con respecto a la marginación de las pymes en el anterior tratado comercial.

El papel de la IP, más que un ente pasivo

En este contexto, los empresarios pueden enriquecer el T-MEC a través de acciones concretas y no sólo desempeñando un rol tras bambalinas. De acuerdo con la académica, la IP puede fomentar la inversión, el acercamiento de pymes, desempeñar un rol vigilante frente a los gobiernos, participar en el diálogo económico de alto nivel y recuperar espacios para que se revisen los avances en las negociaciones y su impacto.

Debido a esta situación, es imprescindible que el empresariado se organice a través de asociaciones, como la AEM, para incorporar las voces de los diversos sectores económicos del país. Además, de acuerdo con Taracena Gout, la clave de las negociaciones está en la organización de grupos o asociaciones, para poder influir con ideas propositivas en el desarrollo de las relaciones gubernamentales y con otros países. 

Hacia una participación efectiva

El T-MEC permite una amplitud de temas, no sólo los tradicionales, que se vinculan a las nuevas visiones tanto de Estados Unidos como de temas de desarrollo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), como lo son el cambio climático y los derechos laborales. En la opinión de María Pía Taracena, el empresariado, y cada sector desde su trinchera y con sus formas de organización, debe colaborar a que este instrumento mejore sus capacidades comerciales y económicas. 

Con respecto a la labor de diálogo de los empresarios con el gobierno mexicano, la académica señala que “es importante sumar  esfuerzos para lograr estos avances en la implementación del tratado en estos temas, en lugar de una guerra de confrontación. Creo que eso es un reto para los empresarios mexicanos”.

El papel de los empresarios ha sido fundamental como grupos de presión, pero también como participantes efectivos de la negociación del T-MEC y los resultados que esto tenga. 

Para México, uno de los objetivos más importantes del tratado es “recuperar la noción de que los tres países son socios” y no ser considerado sólo como suministrador de cadenas de producción. 

“Ese es un papel que el otro tratado (TLCAN) nos fue dejando. Está en nosotros dar el salto. Una de las formas es organizándonos en Estados Unidos y a través de grupos de presión empresariales ir vendiendo de otra manera lo que puede hacerse en México”, considera Taracena Gout. 

Finalmente, indica que es imposible evaluar el T-MEC y sus impactos a un año de su entrada en vigor, puesto que los efectos del acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá se tiene que revisar año con año para poder medir sus avances reales. 



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