Extremismo islámico e hindú acerca al mundo a aniquilación nuclear
India y Pakistán acercaron al mundo a la aniquilación nuclear otra vez, después de que las dos potencias del sur de Asia libraron batallas aéreas
Por: EL MEXICANO | 03/08/2019
CIUDAD DE MÉXICO- India y Pakistán acercaron al mundo a la aniquilación nuclear otra vez, después de que las dos potencias del sur de Asia libraron batallas aéreas y de artillería tras el peor ataque separatista contra tropas indias en la disputada región de Cachemira el mes pasado.
Adil Ahmad Dar, un militante de 20 años del grupo Jaish e Mohammed (JeM) con base en Pakistán, embistió con su auto cargado de explosivos a un convoy de 2,500 policías paramilitares en Pulwama, población cercana a la capital regional de verano, Srinagar, matando al menos a 44 efectivos e hiriendo a dos decenas, en un inusual atentado suicida el 14 de febrero que provocó una respuesta india casi dos semanas después.
Aviones Mirage 2000 indios se adentraron en el país vecino para lanzar un bombardeo, en la primera acción de ese tipo desde el fin de la guerra entre India y Pakistán de 1971 y la consiguiente independencia de Pakistán Oriental (hoy Bangladesh).
Nueva Delhi aseguró que la incursión destruyó un gran campamento de JeM cerca de Balakot, liquidando a más de 300 "terroristas"; Islamabad, sin embargo, declaró que su fuerza aérea persiguió a los aviones indios, que lanzaron sus explosivos en una zona boscosa sin causar daño.
El 27 de febrero, dos cazas J-17 penetraron el espacio aéreo de Jammu y Cachemira—el único estado indio de mayoría musulmana—y bombardearon un "blanco no militar", para demostrar que Pakistán no permitirá a India "normalizar" ataques preventivos o de represalia al estilo de Estados Unidos o Israel dentro de su territorio.
Dos aviones indios MiG-21 enfrentaron a los J-17 y al menos uno de ellos fue derribado; en un golpe al lucimiento político y el populismo hindú del primer ministro indio, Narendra Modi, Pakistán exhibió al piloto capturado con los ojos vendados e interrogado, antes de ser liberado como un gesto de paz que ayudó a desactivar la crisis junto a la mediación de China y Rusia.
Las tensiones han disminuido al tiempo que Islamabad detuvo a 44 miembros de organizaciones extremistas prohibidas, incluyendo a Hamza Azhar, hermano de Masud Azhar, líder del "Ejército de Mahoma" (JeM).
Sin embargo, la Marina pakistaní "detectó y bloqueó" a un submarino indio en sus aguas territoriales por primera vez desde 2016.
Varios civiles y militares pakistaníes perecieron el fin de semana, a causa del intercambio de fuego de artillería en ambos lados de la Línea de Control, que separa a las dos partes de Cachemira gobernadas por India y Pakistán.
Miles de habitantes han escapado a refugios estatales o las viviendas de familiares.
Legado colonial Desde la partición comunitaria de la India Británica en 1947 y la creación de India y Pakistán, ambas naciones se han involucrado en tres conflictos (1947, 1965 y 1999) y enfrentamientos bélicos menores por la disputa de Cachemira, agravada por su posesión de armamentos nucleares (la primera prueba atómica de Nueva Delhi tuvo lugar en 1974 e Islamabad se convirtió en la primera potencia nuclear musulmana en 1998).
Cerca de 70,000 personas han fallecido en Jammu y Cachemira desde que estalló el levantamiento musulmán en 1989.
El saldo del año pasado fue el más elevado desde 2009, con al menos 260 insurgentes, 160 civiles y 150 efectivos gubernamentales muertos.
La rivalidad regional ha conducido a otras tensiones -Afganistán es considerado parte de la doctrina de "profundidad estratégica" de Pakistán- y la Inteligencia Inter-Servicios (ISI) de Islamabad ha respaldado a otros grupos militantes que operan principalmente en Pakistán.
Por ejemplo, un comando de diez integrantes de Lashkar e Taiba ("Ejército de los Justos", LeT), grupo financiado por Arabia Saudita, aterrorizó durante cuatro días en 2008 a Mumbai, la capital financiera india.
Al menos 175 personas murieron y más de 300 resultaron heridas.
Siete años antes, LeT y JeM unieron fuerzas para atacar el Parlamento indio en Nueva Delhi, cobrando 14 vidas.
En ambos países, las élites utilizan el nacionalismo como medio para legitimarse y esta vez Modi y su Partido Bharatiya Janata (BJP, Partido Popular Indio) están empleando la crisis bélica para lograr votos con miras a la elección general de abril-mayo, en un contexto de chauvinismo "Hindutva" (de hinduidad) y de rechazo al programa de desmonetización que declaró sin curso legal a 80% del efectivo en India.
Aún peor para el prestigio de Modi—aunque es el favorito en los sondeos—el gobernador de Jammu y Cachemira calificó al atentado en Pulwama como resultado de "una falla de inteligencia", según la escritora india Arundhati Roy.
Medios locales, enfatizó, reportaron que las autoridades habían de hecho lanzado una alerta urgente por la posibilidad de un ataque.
La situación es similar para el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, quien fue elegido apenas hace siete meses con la promesa de crear empleos y aumentar el gasto social pero ahora negocia un paquete de rescate por 12 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional -luego de recibir 6 mil millones de dólares en ayuda directa de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos-, lo que se traducirá en impopulares medidas de austeridad.
La competencia geopolítica entre Estados Unidos y China es otro factor a considerar.
Mientras que el presidente estadounidense Donald Trump se encaminaba a su fallida cumbre en Hanoi con Kim Jong-il, supremo líder de Corea del Norte, Washington afirmó que India tiene "el derecho a la autodefensa", resaltando su importancia para los planes de contrarrestar a la Iniciativa Cinturón y Carretera de Beijing.
En respuesta a la estrategia de India, que llama a movilizar fuerzas convencionales para invadir a Pakistán en varios frentes, Islamabad ha desplegado armas nucleares tácticas.
Consecuentemente, Nueva Delhi advirtió que su empleo rompería el "umbral estratégico" y la dejaría en libertad para abandonar su compromiso de no ser la primera en recurrir al arsenal atómico.
Un intercambio nuclear entre los dos países (India tiene unas 140 ojivas y Pakistán 100) no sólo mataría a decenas de millones de personas en el sur asiático.
Una simulación efectuada en 2008 por científicos de Estados Unidos determinó que la inyección de humo y cenizas a la atmósfera superior por el estallido de un centenar de ojivas similares a la usada contra Hiroshima, dada la destrucción de grandes ciudades, provocaría un colapso agrícola global.
Este fenómeno llevaría a unos 2 mil millones de muertes durante los catastróficos meses del "invierno nuclear global" y de los inevitables conflictos y epidemias que seguirían a la guerra nuclear "limitada" en el sur de Asia.
Adil Ahmad Dar, un militante de 20 años del grupo Jaish e Mohammed (JeM) con base en Pakistán, embistió con su auto cargado de explosivos a un convoy de 2,500 policías paramilitares en Pulwama, población cercana a la capital regional de verano, Srinagar, matando al menos a 44 efectivos e hiriendo a dos decenas, en un inusual atentado suicida el 14 de febrero que provocó una respuesta india casi dos semanas después.
Aviones Mirage 2000 indios se adentraron en el país vecino para lanzar un bombardeo, en la primera acción de ese tipo desde el fin de la guerra entre India y Pakistán de 1971 y la consiguiente independencia de Pakistán Oriental (hoy Bangladesh).
Nueva Delhi aseguró que la incursión destruyó un gran campamento de JeM cerca de Balakot, liquidando a más de 300 "terroristas"; Islamabad, sin embargo, declaró que su fuerza aérea persiguió a los aviones indios, que lanzaron sus explosivos en una zona boscosa sin causar daño.
El 27 de febrero, dos cazas J-17 penetraron el espacio aéreo de Jammu y Cachemira—el único estado indio de mayoría musulmana—y bombardearon un "blanco no militar", para demostrar que Pakistán no permitirá a India "normalizar" ataques preventivos o de represalia al estilo de Estados Unidos o Israel dentro de su territorio.
Dos aviones indios MiG-21 enfrentaron a los J-17 y al menos uno de ellos fue derribado; en un golpe al lucimiento político y el populismo hindú del primer ministro indio, Narendra Modi, Pakistán exhibió al piloto capturado con los ojos vendados e interrogado, antes de ser liberado como un gesto de paz que ayudó a desactivar la crisis junto a la mediación de China y Rusia.
Las tensiones han disminuido al tiempo que Islamabad detuvo a 44 miembros de organizaciones extremistas prohibidas, incluyendo a Hamza Azhar, hermano de Masud Azhar, líder del "Ejército de Mahoma" (JeM).
Sin embargo, la Marina pakistaní "detectó y bloqueó" a un submarino indio en sus aguas territoriales por primera vez desde 2016.
Varios civiles y militares pakistaníes perecieron el fin de semana, a causa del intercambio de fuego de artillería en ambos lados de la Línea de Control, que separa a las dos partes de Cachemira gobernadas por India y Pakistán.
Miles de habitantes han escapado a refugios estatales o las viviendas de familiares.
Legado colonial Desde la partición comunitaria de la India Británica en 1947 y la creación de India y Pakistán, ambas naciones se han involucrado en tres conflictos (1947, 1965 y 1999) y enfrentamientos bélicos menores por la disputa de Cachemira, agravada por su posesión de armamentos nucleares (la primera prueba atómica de Nueva Delhi tuvo lugar en 1974 e Islamabad se convirtió en la primera potencia nuclear musulmana en 1998).
Cerca de 70,000 personas han fallecido en Jammu y Cachemira desde que estalló el levantamiento musulmán en 1989.
El saldo del año pasado fue el más elevado desde 2009, con al menos 260 insurgentes, 160 civiles y 150 efectivos gubernamentales muertos.
La rivalidad regional ha conducido a otras tensiones -Afganistán es considerado parte de la doctrina de "profundidad estratégica" de Pakistán- y la Inteligencia Inter-Servicios (ISI) de Islamabad ha respaldado a otros grupos militantes que operan principalmente en Pakistán.
Por ejemplo, un comando de diez integrantes de Lashkar e Taiba ("Ejército de los Justos", LeT), grupo financiado por Arabia Saudita, aterrorizó durante cuatro días en 2008 a Mumbai, la capital financiera india.
Al menos 175 personas murieron y más de 300 resultaron heridas.
Siete años antes, LeT y JeM unieron fuerzas para atacar el Parlamento indio en Nueva Delhi, cobrando 14 vidas.
En ambos países, las élites utilizan el nacionalismo como medio para legitimarse y esta vez Modi y su Partido Bharatiya Janata (BJP, Partido Popular Indio) están empleando la crisis bélica para lograr votos con miras a la elección general de abril-mayo, en un contexto de chauvinismo "Hindutva" (de hinduidad) y de rechazo al programa de desmonetización que declaró sin curso legal a 80% del efectivo en India.
Aún peor para el prestigio de Modi—aunque es el favorito en los sondeos—el gobernador de Jammu y Cachemira calificó al atentado en Pulwama como resultado de "una falla de inteligencia", según la escritora india Arundhati Roy.
Medios locales, enfatizó, reportaron que las autoridades habían de hecho lanzado una alerta urgente por la posibilidad de un ataque.
La situación es similar para el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, quien fue elegido apenas hace siete meses con la promesa de crear empleos y aumentar el gasto social pero ahora negocia un paquete de rescate por 12 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional -luego de recibir 6 mil millones de dólares en ayuda directa de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos-, lo que se traducirá en impopulares medidas de austeridad.
La competencia geopolítica entre Estados Unidos y China es otro factor a considerar.
Mientras que el presidente estadounidense Donald Trump se encaminaba a su fallida cumbre en Hanoi con Kim Jong-il, supremo líder de Corea del Norte, Washington afirmó que India tiene "el derecho a la autodefensa", resaltando su importancia para los planes de contrarrestar a la Iniciativa Cinturón y Carretera de Beijing.
En respuesta a la estrategia de India, que llama a movilizar fuerzas convencionales para invadir a Pakistán en varios frentes, Islamabad ha desplegado armas nucleares tácticas.
Consecuentemente, Nueva Delhi advirtió que su empleo rompería el "umbral estratégico" y la dejaría en libertad para abandonar su compromiso de no ser la primera en recurrir al arsenal atómico.
Un intercambio nuclear entre los dos países (India tiene unas 140 ojivas y Pakistán 100) no sólo mataría a decenas de millones de personas en el sur asiático.
Una simulación efectuada en 2008 por científicos de Estados Unidos determinó que la inyección de humo y cenizas a la atmósfera superior por el estallido de un centenar de ojivas similares a la usada contra Hiroshima, dada la destrucción de grandes ciudades, provocaría un colapso agrícola global.
Este fenómeno llevaría a unos 2 mil millones de muertes durante los catastróficos meses del "invierno nuclear global" y de los inevitables conflictos y epidemias que seguirían a la guerra nuclear "limitada" en el sur de Asia.