Mejora expectativa del PIB y baja la inflación
Estos resultados han inducido una modificación sustantiva en las expectativas de crecimiento para este año

Los resultados que se han publicado en materia económica durante el segundo semestre de 2022 y los primeros meses de este año han sido mejores que los previstos por el mercado. Por ejemplo, el PIB creció 4.4% y 3.7% anual en el tercer y cuarto trimestre del año pasado, respectivamente, lo que ha generado una inercia para la primera parte de 2023, ya que su ritmo se mantuvo en 3.8% en el primer trimestre de este año.
Estos resultados han inducido una modificación sustantiva en las expectativas de crecimiento para este año. En Engen Capital no cambiamos aún nuestro pronóstico y seguimos estimando un 2.1% para 2023, así como 2.4% para 2024. El mercado espera un crecimiento cada vez más bajo para 2024 y ahora es de solo 1.6%, cuando a principios de 2022 se esperaba que fuera de 2.2%. Cambios notables en los pronósticos.
En la primera quincena de abril, la inflación descendió hasta 6.24% anual, similar a lo que está pasando con la actividad productiva. Por varias quincenas consecutivas, los resultados inflacionarios han sido mejores que las estimaciones del mercado. Por esta razón, en las recientes encuestas de Banxico, los analistas están revisando consecutivamente a la baja sus estimaciones de inflación para 2023. Ahora esperan que sea de 5.11% al cierre de este año, mismo que bajaría hasta 4.06% a fines de 2024. El analista más pesimista piensa que la inflación ya no bajará y espera 6.2% al cierre de este año, mientras que el más optimista espera 4.3%.
El peso mexicano ha seguido apreciándose y el tipo de cambio se cotiza ahora alrededor de 17.8 MXN/USD, por debajo de las expectativas iniciales del mercado. En consecuencia, los analistas también han bajado su estimación, esperando ahora que cierre este año en 19.2 pesos por dólar. El tipo de cambio actual está prácticamente en su nivel de equilibrio o de paridad, por lo que se ha anulado cualquier sesgo a favor o en contra de los exportadores o importadores.
Mientras tanto, el mercado espera que el déficit fiscal de este año sea equivalente a 3.8% del PIB, lo que significaría un deterioro de más de un punto porcentual con relación a 2022. A pesar de esto, el desequilibrio fiscal y la deuda pública aún están en relativo orden. Por ello, estas variables no representan un riesgo significativo para la economía. Lo mismo ocurre con el déficit de la cuenta corriente. La disponibilidad de reservas internacionales suficientes (más de 200 mil millones de dólares) garantiza la liquidez de la economía.