La acción correcta tiene como consecuencia natural, resultados correctos
Richard W. Wetherill, escritor y consultor norteamericano de
principios del siglo XX, fue autor de varios arti´culos y libros, en los que
destacó su filosofía en administración, cuyo postulado se hace consistir
en que: “el éxito perdurable de un negocio depende del compromiso con
la acción correcta y en los principios de honestidad absoluta”.
La “Ética de la Acción Correcta”, promovido por Wetherill, postula
que, en todas las empresas se debe tomar como base, para la toma de
decisiones, la honestidad, integridad y calidad.
Dispone que, “siempre que una acción se conozca o se perciba
como correcta, se debe llevar a cabo y, por el contrario, cuando esta se
conozca o se sospeche que es incorrecta, no debe realizarse”. Todo ello
desde un punto de vista pragmático y realista, poniendo siempre al
cliente en el centro de la atención, cuya satisfacción es la máxima
premisa de la compañía, no prometiendo aquello que no se pueda
cumplir.
Fue en la década de 1930, en plena gran depresión, cuando
Wetherill intento´ refinar y divulgar sus ideas como maestro, orador y
consultor en administración, siendo hasta 1952 cuando varios de sus
seguidores formaron un grupo de estudio del comportamiento
(organización informal, no lucrativa dedicada a ayudar a Wetherill con
sus investigaciones y a compartir sus ideas de una ley de
comportamiento natural).
En 1978 aquellos colaboradores, deciden fundar un negocio en el
que pudieran poner en práctica los postulados de la filosofía de la Ética
de la Acción Correcta, a la cual llamaron “Wetherill Associates, Inc.”.
Esta empresa ha ido evolucionando con el paso de los años, desde
una pequeña negociación que comercializaba partes eléctricas
reconstruidas para la industria automotriz, hasta el gigante
multinacional de hoy en día, con presencia en Estados Unidos, Canadá y
Europa, e ingresos de cientos de millones de dólares anuales.
Lo verdaderamente extraordinario de esta empresa es la
aplicación gerencial, real y efectiva, de los principios de la ética de la
acción correcta, tanto en su toma de decisiones, como en su política de
atención al cliente, en su estructura, relaciones con trabajadores,
proveedores y competencia, y cómo ello la ha llevado a obtener, no sólo
un éxito económico inaudito, sino también (lo que es aún más
meritorio), la creación de un estilo empresarial único y excepcional, en
el cual, lo más importante son las personas, su bienestar y crecimiento
como seres humanos y profesionales, por sobre la obtención de las
utilidades, las cuales, sin bien son importantes no son lo más
significativo.
Esta extraordinaria empresa nos demuestra que, del mismo modo
en el que, el ser humano no vive para respirar aunque necesite hacerlo
para vivir, la empresa tampoco debe existir sólo para generar utilidades,
sino para la consecución de logros más trascendentales, que lleven a
sus integrantes a un plano de mayor satisfacción y bienestar en sus
vidas.
Como siempre es un placer saludarlo, esperando que estas pocas
letras hayan sido de su agrado, y sobre todo de utilidad ¡Hasta la
próxima!