Jordan Windle, el atleta que fue adoptado por un homosexual en Camboya y cambio su vida
Su padre lo adoptó en Camboya, lo sacó de la desnutrición y lo apoyó para cumplir sus sueños.
Tijuana, B.C., Julio 30.- Jordan Pisey Windle, de 22 años, es uno de los atletas más destacados del equipo de clavados de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero su historia no es como la de muchos deportistas.
Un logro de por vida para cualquier atleta de primer nivel, especialmente teniendo en cuenta los antecedentes del joven, quien tiene ascendencia camboyana y fue adoptado cuando era un recién nacido por Jerry, un estadounidense homosexual, quien viajó hasta un orfanato en Phnom Penh para cumplir su sueño de ser padre.
Jerry cuenta que en la década de los 90, quería convertirse en padre; sin embargo, en esa época las posibilidades de tener una familia eran casi nulas al ser un hombre gay y soltero; sin embargo, un día leyó una publicación en la que otro hombre soltero había adoptado a un niño en Camboya. Al ver que su sueño podía cumplirse, Jerry decidió viajar.
En junio de 2000, mientras estaba en Camboya, conoció a Jordan, un pequeño de 18 meses de edad que se enfrentaba a la desnutrición y una serie de enfermedades que estaban afectando su salud, pero pese a la dificultades que enfrentaba siempre mantenía una sonrisa inmensa.
Tenía 18 meses y pesaba sólo 16 libras. Sufría de infecciones parasitarias en todo su cuerpo.“Pasó un año entero en ese orfanato así”, dijo Jerry Windle. "Así de genuinamente enfermo estaba".
Jordan fue abandonado por sus padres biológicos cuando nació y estaba desnutrido al llegar al orfanato de Phnom Penh, pero la futura estrella olímpica fue adoptada por un ciudadano estadounidense llamado Jerry Windle, quien inmediatamente realizó los trámites de adopción y viajaron de regreso a casa.
El talento de Jordan fue descubierto a los siete años. Tras muchos años de esfuerzo, Jordan Pisey Windle se convirtió en la primera persona de ascendencia camboyana en calificar para los Juegos Olímpicos.
“Jordan dijo que quería ir a clases de buceo y yo dije ‘Está bien, si es algo que quieres hacer, hagámoslo’”, contó Jerry sobre los inicios de su hijo en deportes.“A los 7 años comenzó a bucear y ganó su primer campeonato nacional juvenil dos años después, lo cual es casi sin precedentes para alguien que acaba de entrar en un deporte”, agregó.
La primera vez que se clasificó para las pruebas olímpicas de los Estados Unidos, tan solo tenía 12 años, era la persona más joven en clasificarse para las pruebas de saltos.
Después de entrenar con Esposto durante casi cuatro años, Windle se clasificó nuevamente para las pruebas olímpicas cuando tenía 16 años. Pero en una gran sorpresa, no lo logró.
Cuando Jordan estaba en la escuela secundaria, los Windle se mudaron a Morrisville, para que pudiera entrenar con Nunzio Esposto , el entrenador de buceo en la Universidad de Duke.
“(Jordan) fue muy divertido de entrenar. Me divertí mucho entrenándolo ”, dijo Esposto en una entrevista telefónica. "(Él es) en realidad el tipo de atleta que cualquier entrenador querría tener bajo sus órdenes".
Después de entrenar con Esposto durante casi cuatro años, Windle se clasificó nuevamente para las pruebas olímpicas cuando tenía 16 años. Pero en una gran sorpresa, no lo logró.
"Tuvo una buena prueba, pero no lo suficientemente buena", dijo Esposto. "Pero sabía que probablemente calificaría esta vez, especialmente porque estaba en ese camino".
En 2020, Windle estableció el récord de trampolín de 3 metros para la NCAA como buceador de la Universidad de Texas en Austin.
Y la tercera vez fue el encanto en los Juegos Olímpicos de 2020 en Indianápolis, después de las sorpresas de 2012 y 2016. Se clasificó en la plataforma individual masculina de 10 metros. Con un total de 1401,4 puntos, ocupó el segundo lugar durante todo el encuentro.
El amor y gratitud a su padre
“Por lo general, puedo escuchar a mi papá entre todos en la audiencia, lo cual es increíble. No tenerlo en los Juegos Olímpicos será diferente…
“Desearía que él estuviera allí, pero eso no cambia realmente lo que voy a hacer: divertirme, lucir un poco y montar un espectáculo para todos. Esa será mi intención. Espero que se sienta orgulloso… Hay mucha gente, muchos ojos puestos en mí, pero en todo caso, simplemente me emociona poder rendir al máximo y demostrar que todo este arduo trabajo, con suerte, puede dar sus frutos…
“Esto es un sueño que se hace realidad”
